Es un antiguo arte japonés que consiste en generar figuras comestibles a partir del llamado “mizuame” o “agua caramelo”, una especie de edulcorante resultante de convertir almidón en azúcares.
La tradición es un legado de los campesinos chinos, quienes creaban figuras en azúcar llamadas “gente de azúcar” como reemplazo a las muy costosas obras de cristalería. Este tipo de caramelo decorativo se realizaba soplando dentro de la pieza, como se hace con el vidrio, pero pudiendo manipularla sin guantes.
Cuando llegó a Japón durante el período Heian (794 - 1185 d.C), el amezaiku era utilizado como ofrenda para los templos, pero fue en el período Edo (1603 – 1868 d.C) cuando la confección se hizo más popular gracias a los vendedores ambulantes, que además de alegrar a los transeúntes con dulces e historias, establecieron el estilo de elaboración que se mantiene hasta el día de hoy en el país, donde, por cierto, el soplado sin dispositivos está prohibido por ser considerada antihigiénica.
El caramelo se prepara de antemano, cuidando que la materia prima logre un aspecto y consistencia apropiados. La mezcla es amasada y estirada a mano para formar una pelota que se almacena hasta que deba usarse.
Cuando llega el cliente, el artista calienta la bola de caramelo sobre carbón para hacerla nuevamente flexible y toma con su mano la porción necesaria para realizar la escultura, por lo cual debe aprender a tolerar una temperatura aproximada de 90°C.
El dulce caliente es montado en el palo de presentación, se estira, se tuerce y modela con la forma deseada valiéndose de pinzas y tijeras especiales. La velocidad es muy necesaria (de 3 a 5 minutos), ya que la escultura tiene que ser completada antes de que el caramelo se enfríe y endurezca. Para dar mayor detalle, se recalienta rápidamente el sector con un soplete y así se conserva su flexibilidad. Algunos artistas usan tintas comestibles sobre sus esculturas para un mejor acabado y más realismo.
Los “takumi” o artesanos, son personas capacitadas que ocupan un lugar de honor en la sociedad japonesa. Hoy en día, se calcula que solo hay alrededor de 100 practicantes de amezaiku en todo Japón.
La primera tienda de dulces japoneses del mundo (Amezaiku Yoshihara) fue inaugurada en 2008 por Takahiro Yoshihara, quien comenzó su aprendizaje en 2002, y la segunda tienda (Amezaiku Ameshin), fue abierta en 2013 por Shinri Tezuka, un joven que tras haber trabajado con fuegos artificiales decidió que era momento de poner manos a la obra para que la tradicional escultura de caramelo no desapareciera. Actualmente, le enseña a un grupo de aprendices que lo ayudan en esta tarea de mantener vivo el oficio, organiza visitas a su taller (unido al local), viaja por el mundo mostrando su trabajo y saca una sonrisa a cualquiera que se pase a echar un vistazo.
(Link)
5 artistas culinarios que te van a sorprender
Definitivamente no podemos…no podemos resistirnos a hacer este tipo de artículos. Nos da gusto (y mucho antojo) hablar del arte culinario y su mundo con infinitas posibilidades. Cada plato se vuelve una obra comestible y a la vez admirable de la mano de los artistas que te vamos a mostrar a continuación. Te recomendamos leer mientras comes algo rico y te sea más llevadera la lectura. Empecemos…
1) La Creación de Adán
El famoso fresco de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina del Vaticano también tiene su versión artístico-culinaria. Para conmemorar el aniversario número 450 de la muerte del pintor, Michelle Wibowo tomó 10.000 bombones y medio millón de chispas decorativas para pastel de diferentes tonos para recrear su obra. Así, tardó 168 horas, utilizando 21 tonos distintos de chispas. El resultado fue el siguiente:
Sorprendente y delicioso ¿no?
2) Pan Comido
Casi impensable, pero posible. El arte con tostadas existe y Henry Hargreaves le da su impronta. Con cientos de piezas de pan tostado en diferentes grados, el artista neoyorquino logra el efecto Pop Art en su obra de Marylin Monroe a continuación:
Intenta crear una obra así, ¡pero recuerda no quemar las tostadas!
3) Más que vino
De una simple copa de vino también se pueden sacar obras de arte; así lo siente Amelia Fais Harnas, que vio en el vino mucho más que una promesa de relajación y disfrute. Sus retratos, coloreados con la bebida espirituosa, cobran un toque original y muy llamativo que atrae a amantes del arte y del vino. En su sitio web (link aquí) nos revela varias series, entre ellas Drunk Politics, The dinner party, Kindling, entre otras más. Amelia suele explicar en cada obra qué vino utilizó y porqué. Además, utiliza otros materiaes como el polvo de bronce o el acrílico.
4) Lo pequeño es grande
Para Hasan Kale, lo pequeño es grande. Hablamos de sus obras en miniatura, hechas con semillas, frutas, chocolates y galletas, que denotan su espíritu creativo y detallista. En su página web (aquí el link) se detalla que Hasan, proveniente de Turquía, experimentaba con el dibujo desde su infancia y siempre tuvo una destacable atención a los mínimos detalles.
5) Épicas frutas y verduras
Teníamos que cerrar el artículo de una forma épica. Por suerte encontramos a Maciek Jasik, un artista que llena de misticismo y alegoría a diferentes frutas y verduras de su exposición “The Secret Lives of Fruits and Vegetables”.
“Estas imágenes pretenden reintroducir cualidades invisibles que frutas y verduras han perdido en medio del clamor de las estadísticas nutricionales. Cada una ofrece sus propios poderes indelebles, más allá de nuestros estrechos hábitos de pensamiento”, comenta Jasik. Sin dudas resulta una muestra muy interesante para conocer y apreciar, por eso te dejamos la página oficial del artista para que lo hagas (en este link).
7 de los restaurantes más raros del mundo
Porque nos encanta todo lo relacionado a la comida, te compartimos 7 de los restaurantes más raros del mundo. Realmente es una lista muy llamativa y que muy probablemente te de ganas de visitar. La idea es que te entretengas con el artículo e indagues más sobre cada restaurant. Resulta muy interesante saber la historia detrás de cada uno. ¿Empezamos?
1- Dinner in the Sky (Bruselas, Bélgica)
¿Te imaginas comer a 45 metros de altura? Este restaurant propone esa experiencia.
Bajo la frase “El cielo ya no es el límite”, el restaurant le ofrece a sus comensales una mesa para 22 personas sujeta a una grúa gigante y con altas medidas de seguridad que garantizan la despreocupación y disfrute de quienes lo visiten. La empresa, durante sus 10 años de funcionamiento, creció rápidamente y hoy en día opera en más de 40 países.
Hecha un vistazo en la página web oficial: https://www.dinnerinthesky.com/
2- Labassin Waterfall Restaurant (San Pablo, Filipinas)
De frente a una cascada artificial, el Labassin Waterfall Restaurant de Filipinas propone una experiencia gastronómica diferente, es decir, llena de naturaleza rodeando el lugar. Además de disfrutar de la buena comida de la región, se puede sentir como el agua corre por tus pies, una sensación que genera placer y tranquilidad a los comensales. Sus mesas están fabricadas con bambú y el ambiente del lugar está acompañado de música en vivo y danzas tradicionales filipinas. ¿Qué te parece? Interesante, ¿no?
3- De Kas (Ámsterdam, Holanda)
De Kas es un restaurante ubicado dentro de un gran invernadero fue un antiguo vivero construido en 1926. En 2001 Gert Jan Hageman, fundador del restaurante, se enteró que el invernadero, perteneciente al Vivero Municipal de Ámsterdam, iba a ser demolido. Con la ayuda del ayuntamiento, familia y amigos, Hageman compró el edificio y lo remodeló, convirtiéndolo de nuevo en un restaurante y vivero.
Las verduras que se utilizan se plantan en el vivero, justo al lado del invernadero, y se recogen cada mañana para luego servirlas a la hora de comer. El menú va variando según la cosecha y es Gert quien se encarga del vivero. Allí se lo encuentra cada día trabajando la tierra, plantando y cosechando para recolectar lo que después irá a la cocina.
¡Un increíble restaurant para visitar!
Hecha un vistazo a su página web:
4- Alnwick Garden (Northumberland, Inglaterra)
A la par de las copas de los árboles, el Alnwick Garden es un restaurante que promete “un escenario mágico” para sorprender a sus comensales. Eso seguro, ¿alguna vez pensaste que habría un restaurante en un lugar así? Quizá con esto recordemos la aventura de construir una casa del árbol cuando éramos niños. Sería muy bueno poder comer algo rico estando en una.
Con una idea ecológica, la madera cobra protagonismo junto a los ingredientes del menú, provenientes de los campos que rodean el restaurante.
Durante el frío, los comensales pueden disfrutar cerca de la chimenea que siempre queda encendida dentro.
Lee más en: https://www.alnwickgarden.com/
¡Un restaurante épico!
5- Ithaa Undersea Restaurant (Randali, Maldivas)
Con la particularidad de ser el primer restaurante submarino del mundo, el Ithaa Undersea Restaurant abre todos los días desde las 11 am hasta la medianoche y ofrece comidas basadas en la langosta, bacalao, gamba y otras más de la gastronomía de Maldivas.
El restaurante bajo el mar se encuentra en un lujoso resort de la isla y, sin dudas, permite disfrutar de una vista increíble al mar con todo tipo de seres marinos.
Entérate más en: (Link)
¿Comerías en este restaurant? ¡Sería una experiencia especial!
6- El Diablo (Lanzarote, España)
Sobre una parrilla que funciona con el calor volcánico de las profundidades, se cocinan de manera natural todos los platos de este restaurante. La comida se prepara aprovechando el calor del volcán Timanfaya (volcán aún activo) que sube por un orificio de la tierra en forma de pozo. Claramente es una buena forma de aprovechar un recurso natural, como lo es la geotérmica del lugar, sin impactar de forma negativa en el entorno y haciendo posible disfrutar de unos buenos platos.
¿Te llamó la atención? Investiga más en: (Link)
7- Heart Attack Grill (Las Vegas, Estados Unidos)
El Heart Attack Grill es un restaurante que tiene enfermeras (las camareras) y pacientes (los clientes) y un nombre bastante llamativo que traducido al español es “Parrilla de Ataque al Corazón”. Un nombre bastante frío ¿no? Probablemente se deba a su menú, lleno de calorías, pero a la vez de comida muy muy rica.
Aclaramos que puedes visitarlo, pero te recomendamos que no comas mucho por obvias razones…mejor que vayas en grupo y disfruten todos una porción de lo que pidan.
La hamburguesa más grande del restaurant es la Octuple Bypass y contiene casi 20.000 calorías en sus ocho pisos de hamburguesas y por 7,40 USD se le pueden añadir 40 láminas de panceta…¿no será mucho?, los comensales sabrán.
El dueño se hace llamar “el médico malo” y es algo obligatorio que los clientes lleven ropa de pacientes cuando entran por la puerta.
Un restaurant muy particular. Te repetimos, si lo visitas ¡No comas demasiado!
Foodscapes: paisajes comestibles
“¡No juegues con la comida!” probablemente escuchó en su infancia Carl Warner, creador del concepto de “Foodscapes”, el arte de construir paisajes con comida. Si fue así, ¡hurra por eso!, su rebeldía lo llevó a crear estas obras de arte comestibles que sin dudas son dignas de ser admiradas un rato. Eso sí, intenta no tentarte y comerte la pantalla. Veamos…
Sobre Carl Warner
Nacido en 1963, Carl Warner es un artista, director, autor y fotógrafo británico. Sus 25 años de carrera abarcan principalmente la fotografía y publicidad. Se lo conoce más por sus trabajos de paisajes gastronómicos donde utiliza diferentes tipos de alimentos e ingredientes. Como objetivo, busca inspirar a las personas a ver la comida de diferentes maneras. Sus producciones han acompañado campañas promocionales y avisos publicitarios que pueden verse hoy en día.
Carl había comenzado su carrera en el Maidstone College of Art con ganas de convertirse en ilustrador debido a su gran talento para el dibujo. Luego descubrió que se llevaba mejor con la fotografía y decidió lanzarse a ese mundo, haciendo una licenciatura en fotografía, cine y televisión en el London College of Printing en 1982.
En 1985 se convierte en asistente de David Lowe, otro talentoso fotógrafo, donde conoció a directores de arte, modelistas y retocadores que creaban imágenes para la industria de la publicidad. Luego de un año, decidió establecer un estudio junto a David que comenzó a trabajar para agencias de publicidad y estudios de diseño.
Durante su época de fotógrafo exitoso, se encontró en un momento en el que su trabajo era cada vez menos demandado y su creatividad no lograba satisfacerle. Decidió buscar algo nuevo que lo reactivara y volviera a darle esa inspiración en la fotografía, como así también a su negocio. Fue así como un día, mientras caminaba alrededor de un mercado de comida, encontró algunos hongos portobello que le resultaron muy semejantes a una especie de árbol de un mundo extraño. Decidió llevarlos para su estudio junto algunos otros ingredientes, como semillas, arroz y arvejas con la idea de crear un paisaje en miniatura sobre una mesa. He aquí, su primera obra de foodscape: “Mushroom Savanna”
En 2008 la obra fue presentada en un artículo del Sunday Times, dándole más popularidad y reconocimiento al artista, el cual luego fue llamado para reportajes, periódicos, revistas, etc. Gracias a este salto, dio un paso más con el lanzamiento de dos libros: “Carl Warner Food Landscapes”, que habla de sus bocetos y técnicas, y “Un mundo de alimentos” escrito con el objetivo de promover la alimentación saludable en los niños.
Las obras de Foodscapes se realizan en el estudio de Carl en Londres sobre una mesa triangular. El proceso es lento y cuidadoso ya que la comida se marchita bajo los focos de luz. Las escenas son fotografiadas en capas desde el primer plano hasta el fondo y el cielo. Cada elemento luego se combina en la postproducción encargada de lograr la imagen final.
“Hago uso de modelistas y estilistas de alimentos para ayudarme a crear los conjuntos.
Tiendo a comenzar esbozando un dibujo con el fin de obtener una composición que funcione.
Esto sirve como inicio de proyecto para que el equipo comience a funcionar”.
Con el dibujo listo, se procede a trabajar en la escena junto al estilista de alimentos.
El trabajo puede tardar hasta dos o tres días para construirlo y fotografiarlo, sumado a un par de días mas para el retoque y ajuste minucioso de las imágenes para unir todos los elementos.
Fuente
“La mayoría de los alimentos que sobran siempre se comparten con el equipo,
aunque estos hayan sido pegados o clavados”.
Warner afirma que su trabajo "vuelve a encender la imaginación infantil en los adultos". A su vez, también cuenta que esto dio lugar a correos electrónicos desagradables que lo acusaban de desperdiciar la comida siendo que hay niños que mueren de hambre. “Es algo que parece que consigo, pero yo creo que algunas personas están siendo ignorantes acerca de lo que están viendo y de lo que realmente se hace” comentaba.