De lo heteróclito y multiforme 📖

 


"Un puñado de polvo podía ocultar tu seña cuando yo ignoraba su sentido. Ahora que sé más, la leo en todo lo que antes la escondía. Está pintada con hojas de flores, las destellan las olas en espuma, los montes la levantan sobre sus cumbres. Como yo no te miraba, leía las letras al revés, y no sabía su secreto"


Rabindranath Tagore, La cosecha.
 





Rongo – Rongo: más símbolos que no se explican

Es un sistema de escritura descubierto en la isla de Pascua en el siglo 19, tallado con puntas de obsidiana o dientes de tiburón, en su mayoría sobre tablillas de madera. Los habitantes de la isla de Pascua la llamaron también “kohau rongo - rongo”. El término “kohau”, refiere a la madera que sirve para fabricar el casco de las canoas, y “rongo - rongo” significa: gran mensaje.



Las tablas rongo - rongo serían una especie de “ayuda memoria”, algo así como apuntes de cosas que ocurrían en la isla, lo cual no significa que al poder interpretarlas cuenten exactamente lo que sucedía. De hecho, la teoría más extendida es que cada lector podía darle una interpretación diferente.

Los símbolos aparecen tallados a lo largo de reglones y tienen una altura media entre 9 mm y 14 mm. En cuanto a su aspecto, parecen figuras de seres humanoides en diversas posturas, otras criaturas similares a plantas, aves, animales terrestres y acuáticos, constelaciones y algunas formas geométricas. Debido a esta simbología se piensa que no es una escritura fonética sino más bien simbólica.
Los signos que componen los textos tienen casi la misma altura y vienen alineados sin espacios en blanco o signos de puntuación entre ellos.



La elección de la superficie de escritura está establecida comúnmente por los recursos materiales que la isla podía ofrecer. En este caso, la mayor parte de los signos tallados aparecen sobre madera, y en menor medida sobre rocas y huesos de fauna marina.
Es probable que los isleños recogieran piezas flotantes de madera a la deriva para poder inscribirlas, pero gracias a los análisis se sabe que entre los árboles usados están:

-el “toromiro” (Sophora toromiro): es un arbusto originario de la isla de Pascua y que puede alcanzar tres metros de altura con un grosor de 50 cm. Actualmente, se encuentra extinto de su medio natural;

-el “milo” (Thespesia populnea): es un arbusto tropical que se puede encontrar en numerosas costas del mundo. Se cree que es originario de Hawái y que fueron los polinesios quienes lo distribuyeron por la utilidad de su madera;

-el “hau” (Triumfetta semitriloba): el género Triumfetta cuenta con 376 especies desde el norte de Argentina a Méjico;

-el “sándalo” (Santalum album): es un árbol parásito relativamente pequeño que puede medir 9 metros. Es una especie originaria de Asia pero que ha tenido buena acogida en América. Su madera es útil para tallar y además conocida por su aceite.

Una de las particularidades de esta escritura es que se trata de “bustrófedon inverso”: en un reglón los signos se encuentran en posición normal, pero como en el siguiente están invertidos respecto al anterior, para leerlo debe darse vuelta la tablilla antes de iniciar la nueva línea.

Se piensa que el conocimiento del significado de la escritura se perdió cuando esclavistas peruanos se llevaron de Rapa Nui (isla de Pascua), a gran parte de los hombres para trabajar en la explotación de guano en las islas Chincha de Perú y como siervos de los terratenientes a mediados del 1800.



Actualmente quedan 27 objetos (aproximadamente) de madera auténticos que contienen signos rongo - rongo dispersos en varios museos del mundo, más la reproducción de uno muy dañado. Para ser más precisos se conservan: 14 tablillas enteras y 9 fragmentos, dos pectorales decorativos escritos, un bastón de cacique (el Bastón de Santiago, que contiene el mayor número de glifos tallados) y una estatuilla.

Algunas conclusiones interesantes que el etnólogo alemán Thomas S. Barthel publicó sobre el tema fueron:

-al núcleo de la escritura lo componen unos 120 signos, que se pueden combinar para originar entre 1500 y 2000 composiciones. En contraposición, según Martha J. Macri el rongo - rongo encierra un grupo central menor a 70 signos, que se combinan entre sí para generar la mayor parte del inventario;

-no permite reproducir frases habladas completas. Por ejemplo, en vez de decir: “los hombres fueron a la costa para atrapar pulpos”, se podría grabar: “hombres costa pulpos atrapar”;

-la temática recurrente de lo que se escribe parece tratar de elogios a los dioses, de prácticas rituales y de registros bibliográficos.

La edad de las inscripciones kohau rongo - rongo ha estado constantemente en debate. Las corrientes implicadas son: la que está a favor de una escritura creada tras el contacto con los españoles en 1770 y la que alega que antecede la llegada de los europeos, siendo producto original rapanui.
De acuerdo a la tradición oral, el primer rey que llegó a la isla de Pascua, el “ariki” Hotu Matu’a, llevaba consigo 67 tablas con la sabiduría maorí. La realidad es que no se han encontrado escrituras similares en ninguna otra cultura polinesia, por lo que es difícil comprobar su veracidad.

Si algún día los investigadores consiguen probar que se trata de un sistema de escritura, y que fue un desarrollo propio y no importado, sería uno de los pocos casos de inventos independientes de la escritura en la historia.


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Mitos grecolatinos, ¿el origen del mundo de la literatura?

Si hablamos de literatura es normal preguntarnos sobre sus inicios. Es poco probable tener una fecha exacta de su nacimiento o quizás saber en qué tiempo surge. El concepto de literatura es cambiante y varía según las épocas, los lugares y las personas, después de todo es un término que corre el riesgo de calificarse como inventado. Aun así, existe algo que llamamos literatura, que tiene determinadas características y que, a pesar de ser algo no completamente definible, nos damos una idea de aquello a lo que refiere.

Al haber aclarado el espectro con el que estamos trabajando, comenzaremos la verdadera nota. En esta oportunidad te vamos a contar un poco sobre los orígenes de lo que podemos llamar literatura, o sus primeros esbozos. En este sentido, suele decirse que los mitos son la literatura de las culturas carentes de escritura, son vistos como los primeros prototipos de historias que tienen distintos fines y, no obstante, quizás tengan un único objetivo común: sirven de identidad para la cultura en que nacen.

La mitología como ciencia y como conjunto de mitos propios de una cultura es un fenómeno enorme, extenso y muy complejo. Los mitos en sí también lo son, debido a que pueden ser susceptibles a una gran cantidad de interpretaciones y recogen en ellos temáticas folklóricas, historicistas y de cuentos populares. Pero hay algo que los hace únicos y es justamente su complejidad, además de este carácter identitario que adquieren al compartirse en comunidad. Asimismo, algo muy importante a tener en cuenta es que están vivos, es decir, cambian, se mezclan, derivan en otros nuevos y vuelven a nacer. Hay muchísimos mitos de los cuales quizás nunca hayamos escuchado y otros que tenemos muy presentes, incluso existen mitos que se replican en obras de autores célebres.

¿Sabés cuáles de esos mitos están presentes en la literatura? Acá comenzamos a adentrarnos profundamente en lo que nos llevó armar este artículo. La literatura de todos los tiempos está fuertemente influenciada por los mitos pertenecientes a las culturas latina y griega. Una de las historias más conocidas surge a partir de un mito grecolatino. Hablamos nada más y nada menos que de la historia de Romeo y Julieta. Shakespeare bebe de la cultura antigua y se topa con Ovidio, un autor latino muy importante, quien escribe La metamorfosis. En esta obra, se habla de un mito para nosotros no tan conocido: el mito de Píramo y Tisbe.


Mosaico de finales del siglo III d.C. en la casa de Dionisio, Chipre. 

Píramo y Tisbe son el origen del amor trágico presente en Romeo y Julieta. Como podés recordar, anteriormente hablamos sobre cómo los mitos son en esencia un ente vivo ya que sufren transformaciones y pueden tener más de una versión, sin embargo, al encontrarse en los registros literarios tienden a fijarse en una única forma. El mito que acabamos de presentar tiene dos variantes: una más antigua no tan conocida y menos trágica, y la atribuida a Ovidio, claramente más dramática y que supone una gran elaboración literaria.

El mito según Ovidio trata de dos jóvenes, Píramo y Tisbe, que se amaban en secreto. Sus padres, enemistados, no aprobaban su relación. Es por ello que les prohíben casarse y confinan a cada uno en su casa, impidiéndoles salir. Da la casualidad de que vivían uno al lado del otro y comienzan a mantener contacto por un agujero en una pared. Al tiempo, exhaustos de la situación, deciden verse. Proponen encontrarse a las 
afueras de la ciudad en una morera que crecía cerca de una fuente. Tisbe logra salir de su casa y llega primera al lugar pactado, allí se topa con una leona, que tras matar a unos bueyes, toda ensangrentada, se dirige hacia la fuente a beber agua. Completamente aterrorizada, Tisbe huye del lugar y se esconde en una cueva a esperar que la leona se marche. Ante la desesperación, se le cae su pañuelo. La leona ve el pañuelo, lo agarra con sus fauces sucias, lo desgarra y lo deja en el mismo lugar donde lo había encontrado. Seguidamente, Píramo llega y cuando ve la escena del pañuelo imagina que su amada fue devorada por una bestia. Sin pensarlo dos veces, concluye en que eso fue lo que pasó y se niega a vivir sin el amor de su vida. Acto seguido se atraviesa con su espada. Cuando Tisbe vuelve, encuentra a su amado en el suelo, frío, y negándose ella también a vivir carente del amor de Píramo, se arroja sobre la espada y muere junto a él.


Tisbe escuchando a Píramo desde la rendija en la pared.

Como vemos, Shakespeare se basó en la historia de estos amantes míticos para elaborar su obra y, a pesar de algunos detalles ínfimos, es bastante fiel a su antecedente.
¿Te imaginabas que esta historia tenía un origen mucho más antiguo que el que se conoce? Te invitamos a preguntarte sobre los demás mitos que fueron usados por distintos autores a lo largo de la historia: el mito de Pandora, el origen de Medusa, el caballo de Troya, Prometeo y el robo del fuego, Orfeo y Eurídice, Edipo rey, entre algunos que pueden resultarte conocidos. ¿Qué esperás para cuestionarte sobre la verosimilitud de los autores contemporáneos? ¿Te animás a buscar el origen de las historias que creemos conocidas?
¡Te leemos!
 




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